miércoles, 15 de agosto de 2018

En la cúspide


En la cúspide de la lucidez, una vez le dije a una mujer: “Me sienta bien tu caso. No el que eres, sino el que me haces (ser).”

No lo percibió, ni siquiera lo tomó como un cumplido… que no lo era. Muy adecuado que así lo hiciera, porque no iba dirigido a ella con nombre y apellidos: era más bien una increpación a la vida, tomándola a ella como representante (o excusa).

La vida es un caso, sin duda: en la acepción desesperanzada de quien así lo proclama… “¡eres un caso! (perdido)”. Para mí la vida es un revulsivo, un toque de atención para despertar de ese fingido/aparente letargo que se pretende complacencia para quien comulga con semejante rueda de molino. La vida te hace caso para llevarte a la perdición.