No sé quién
eras, te he borrado sin remedio... pero recuerdo la tristeza que me inundaba
cuando estaba sabiendo que de todas formas, de alguna manera te olvidaría.
Si
algún psicoanálisis quisiera recuperarte, sólo encontraría la nostalgia de
aquello que nunca se tuvo... algo así como la santidad que otorga el tango,
llorar por lo que han perdido los demás: la irremediable belleza, la puta que
llena el cielo, ese Dios que nos mintieron y nunca existió.
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