martes, 15 de septiembre de 2015

Extracto contemporáneo

–¿No tienes miedo? –preguntó el Papa.

Era casi una aseveración hecha como institución, no como persona: una pregunta cargada de fiambre. Con una extrema naturalidad, repleta de inocencia, el niño árabe respondió:

–No.


La escena se desarrollaba en el sótano de algún lugar lúgubre… parecía más bien el entorno de un secuestro. Perplejo, el Papa no supo cómo reaccionar; allí de nada servían su prepotencia y la supuesta superioridad que acompañaban su cargo… era como si la Historia hubiera venido a desarmarle utilizando precisamente sus armas más preciadas. Resultaba simplemente patético: un hombre fiambre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario