miércoles, 23 de noviembre de 2011

EL TIEMPO UN ESPEJO

[Vestuario: una túnica vaporosa casi transparente, de color negro. Bajo ella y en vertical: medio cuerpo desnudo y pintado de negro (salvo la cabeza). El otro medio con un mono de trabajo de color azul ligeramente eléctrico]


[Entrando despacio en el escenario desde la derecha hacia el centro; la mirada baja. Iluminación: sólo blanco]

[Se detiene, mirando al suelo]

... algunos dicen que estoy muerta...

[Levanta los ojos y mira al frente. Gesto grave]

Yo sólo me siento fría. [Se encoge de hombros]

Es un frío que me eriza la piel, como en los eclipses. [Recita inmóvil, sin un gesto. Sólo mueve los labios] Me disloca la mirada y me trastoca la cabeza; miro al horizonte para no marearme, pero no lo veo. Sólo hay piedras que me multiplican este frío metafísico, este frío que me busco en el cuerpo y no lo encuentro. Como si se hubiera ido ya, dejándome fría sin remedio.

[Camina en silencio hacia la izquierda del escenario, sin mover los brazos. Se detiene y comienza a hablar. Lentamente la luz se irá volviendo más y más amarilla mientras ella continúa hablando. Al final del párrafo, será de un amarillo insoportable]

[Vuelve a recitar sin gestos, hierática] ¡Qué me importa a mí la muerte! ¡¡La de nadie!! Si la he visto tantas veces que os la podría describir de pies a cabeza, ¿qué más me da la muerte? La vida me da frío, asco, ganas de llorar y mucha risa... [Riendo a carcajadas, histéricamente] ¡Qué más me dará la muerte! [Corta en seco la risa]

[Camina en silencio hacia la derecha del escenario, marcialmente. Casi desfila. A la altura de los 2/3 recorridos del escenario, la luz súbitamente se torna de un lila casi enamorado. Cambia de golpe pero ella no se inmuta y llega hasta el extremo derecho, donde se detiene con una sonrisa inocente, mirando al público]

[Describiendo un círculo una y otra vez con los brazos pero sin flexionar las piernas, mientras recita] Siempre quiero empezar de nuevo, no me canso... [Todo el rato con la sonrisa inocente, que aún no ha abandonado] cada vez que las cosas me salen mal, me repito en silencio: no te preocupes, la próxima será distinta. Desayuno, trabajo, duermo y meo. Todo el mundo quiere violarme en cada uno de estos hechos. Ya casi ni recuerdo cómo era el amor... ni el mar. [Paulatinamente la luz va cambiando hacia el blanco del inicio] No recuerdo el olor que las manos de los niños dejan en mis manos. [Solloza sin abandonar la sonrisa inocente. Detiene los brazos y los deja caer, muertos] ¿Y el calor de los sueños, arropando mis noches? [Gritando desgarradamente, ya con la luz blanca] ¡¡¡Por qué me los habéis robado!!!

[Camina lentamente y cabizbaja hacia el centro del escenario; una vez allí y de espaldas al público, con voz alta y clara, sentencia:]

Algunos dicen que estoy muerta, pero los muertos están siempre en la oscuridad, inmóviles y atentos... como vosotros. [Todo negro]

4 comentarios:

  1. Esta visita a tu blog me ha dejado descuadrada y confundida, no sé dónde estoy, espero no encontrarme a ningún demonio de tu imaginación, una imaginación que te debe desbordar. Ni en sueños y pesadillas yo podría tanto...alucinante, pero...me gustó!
    Te ví en mi blog y fui curiosa.

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  2. Bienvenida a este rincón atípico. No temas por los demonios, son "pacíficos" y sólo les gusta ser traviesos espoleando pensamientos ajenos.

    Ernesto Laguna

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  3. Buenísimo Luisete, como siempre ! No me olvido de ti,mañana es tu cumple y estás en la luz, no en lo oscuro, que ya hablaremos tú y yo de lo "ojjcuro"....

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  4. No sé quién es el Luisete ése del que hablas. ¡¡¡¡Se te cruza el cable cantidá!!!! Porque lo del cumple sí que es verdad... en fin, quítate las gafas de luna y me verás más moreno de lo que estoy, eso seguro. Un abrazo con orujo.

    Ernesto Laguna

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