¡Cuántas veces llega la
inspiración en circunstancias adversas! Por cualquier motivo, imposible
anotarlas; entonces nos empeñamos en memorizar para después... y entonces
surgen en tropel, fluyen más ideas, como aprovechando que se ha levantado la
veda. Queremos recordarlas todas, pero alguna siempre se escapa, huye hacia el
éter o la vida; es lo que yo llamo "ideas que se ahogan en la ducha",
infinitas porque las agiganta la desmemoria. Muchas veces prescindibles, pero
otras: se las queda el genio que llevamos dentro. El inconsciente individual.
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