La posesión sexual no es algo físico,
sino intelectual. La prueba está en su pretensión de trascender la materia,
prolongarse más allá del dominio de un cuerpo, para erigirse en figura social
(matrimonio) como declaración pactada de status respectivos: ya lo dijo
Foucault. Por todo ello, no puede pretenderse una posesión sexual sin
proyección de propiedad vital, salvo que podamos llegar a concienciar de una
libertad inimaginable a día de hoy. Es el miedo a la libertad de Fromm en su
versión sexual.
sábado, 30 de agosto de 2014
jueves, 14 de agosto de 2014
NO-BESO
A veces un no-beso
resulta una declaración de amor, una demostración pública de que te importa
besar a la otra persona; de que te niegas a seguir el protocolo si va a
quedarse sólo en eso. Y trasciende precisamente por no haber sucedido. Es el
beso-recuerdo que se mece en el vacío de mil tardes lluviosas entre
posibilidades que nunca fueron; que vienen para arroparnos en esa soledad
primordial, estremecida, de la lluvia sobre el alma.
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