jueves, 23 de enero de 2014

Un regalito

Siento en mi interior una dolencia
intuida, siempre nueva, desconocida.
Por si acaso fuera cáncer, mañana
pienso empezar todos mis sueños
para que la muerte no me encuentre
con tantas cuentas pendientes.
Es un dolor que no duele, es el vacío
de un corazón siempre hambriento
buscando una gota de rocío;
es el afán de lluvia que late
al fondo de la ilusión marchita,
el afán de sol para mis venas
deseando crecer siempre verdes.
Mis entrañas hierven una tormenta
pues necesitan algo que no llega
quizás está llegando a cada instante;
desde mañana forjaré mis mil sueños
a golpe de aliento y de sangre, sin miedo
y lejos ya de maldiciones o amenazas.
En mi interior anida una dolencia
emergente, imparable y gigante.
Mañana empezaré a curarla

por si acaso fuera la vida.


miércoles, 8 de enero de 2014

El tango (6)

SEXTO

Es más amargo el despertar cuanto más tierno fue el amor del sueño, porque sólo cabe anhelar la dicha más suprema, sentir una pasión; y la esperanza puesta en la felicidad lleva al desencanto.
Las ilusiones juveniles de pureza y fe en la vida se acaban con la traición, con el engaño de los demás.
El verdadero amor se ahogó en la sopa: la panza es reina y el dinero es Dios.
Alrededor sólo hay hordas de cosacos y de hambrientos lobos; es hora de matar los sueños, es hora de inventar coraje para iniciar un largo viaje por un gris paisaje sin amor.
Porque uno busca lleno de esperanzas el camino que los sueños prometieron a sus ansias, pero la humanidad se viene encima; afuera está el turbión de tanta gente sin piedad, de tanto ser sin corazón.
Nadie quiere comprender que la vida es algo más que un simple plato de comida, por eso del venturoso ayer sólo quedó el recuerdo y la vida es la suela consumida en inútil caminar, porque es traicionera y mata la ilusión.
Uno va arrastrándose entre espinas y en su afán de dar su amor lucha y se destroza hasta entender que uno se quedó sin corazón a fuerza de sentir la indiferencia del mundo, que es sordo y que es mudo.
Se lleva a empeñar al amigo más fiel y ni Dios rescata lo perdido; en esta estepa es un milagro la ternura, no tiene sentido sembrar amor en un desierto tan estéril y tan muerto que no crece ya la flor.
Sólo hay sombras que se alargan en la noche del dolor, perfumes de naranjo en flor, promesas vanas de un amor que se escaparon en el viento; se ha muerto el malvón de la alegría mientras se pudre el agua en los
espejos.
La alegría es el camino de los pobres sin destino, porque la vida puede más que la esperanza, porque el sueño más querido es el que más nos hiere, es el que duele más.
¿Será verdad que no vale la pena sacrificar la vida y darlo todo, y da lo mismo ser malvado que ser bueno que todo es lodo y todo es falsedad? Nada es amor, al mundo nada le importa, una mano de hierro nos llama a la realidad y los sueños se cambian en miserias y maldad.
SOMBRAS, NADA MÁS

domingo, 5 de enero de 2014

CHUSMA

Una de las características de la chusma es que no tiene conciencia de serlo: al individuo chusmático le parece (parafraseando a Duchamp) que la chusma siempre son los otros. De hecho, por esto mismo todos somos chusma para alguien; hay una especie de reparto democrático de la chusmería, a todos nos alcanza en mayor o menor medida.

Ahora bien, parafraseando a Marx (Groucho), no hay placer más sublime que el de pasar por chusma a los ojos de la chusma misma. Lejos ya de toda dialéctica entre desiguales y de toda condición humana…
Por todo eso, siempre he sido chusma de alguna manera: pero chusma alegre, despreocupada. Sin conciencia de mis daños colaterales (los provocados por mí), hasta el punto de ser –en ocasiones- proselitista.

Las cosas han cambiado, por suerte. En algún aspecto (para algunos otros) me considero chusma, para contribuir un poco a la justicia social. Pero también considero que ahora estoy en condiciones (la distancia me lo permite) de distinguir la chusma esencial, la verdadera; alguna vez –inconsciente, despreocupado formé parte de ella. Nada puede resarcirme ya de semejante despropósito. Sin embargo, comento mi ejemplo en público por si alguien se viera reflejado. Y también para que penséis que quizá sin saberlo ni desearlo (como me ocurrió a mí en tiempos) estáis rodeados de chusma sin admitirlo. O sois la chusma misma, no sé.




jueves, 2 de enero de 2014

A modo de aperitivo

¿Qué ocurrió realmente? Nunca llegaremos a saberlo con certeza. La memoria traiciona los recuerdos, los deforma a su antojo. Al elemento de la percepción subjetiva de los hechos (cuando se producen) hay que añadir un segundo factor: con el paso del tiempo la memoria va modelando a su antojo esos hechos, que finalmente acabarán convertidos sólo en una sombra de lo que realmente fueron; recuerdos de lo que nunca llegó a ocurrir, de un Universo alternativo que sólo ha existido en la imaginación y el deseo (tan incomunicables como personales, veleidades de veleta).
El ejemplo más claro lo tenemos en los exámenes; la mejor época es desde que se hace el examen hasta que salen las notas: cada instante que pasa hace que la esperanza en el resultado positivo crezca hasta más allá de las expectativas que objetivamente podrían tenerse… hasta alcanzar una deformación interesada tal, que sólo vuelve a la realidad en el momento de hacerse público el listado de calificaciones. Después todo se explica, claro: en último término, en el despacho correspondiente.


De unas memorias en preparación...