jueves, 22 de diciembre de 2011

ESTO VA A DOLER... (¡Vivan las cadenas!)

Preparad la vaselina… que no os pille desprevenid@s lo que se avecina. El mensaje no puede ser más claro: desde el poder –impune, como siempre– nos llega la advertencia como si estuviéramos en el dentista. Nos dicen “esto va a doler” y uno se resigna, como si toda su vida anterior hubiera estado provocando y preparando este momento; uno se resigna como si no hubiera otro remedio, como si no hubiera escapatoria. Al mismo tiempo se pregunta “¿cómo he podido llegar a estar así, caer en esta encerrona?” y se mortifica por no haber sabido escapar a tiempo, se recrimina algo que hizo o algo que dejó de hacer y podría haber evitado lo que ahora viene…

Algo así le pasa a la población de nuestro Estado. Como el niño que tiene la mano preparada para que le den con la regla en los dedos, está a merced de alguien que le hará daño: del Gobierno, en nuestro caso. Y nos hacen creer que la culpa es nuestra, que si nos pegan es consecuencia de nuestros actos; nos maltratan físicamente y además pretenden interiorizar nuestra culpa: nos maltratan también psicológicamente. Nos acosan cada día más, con recortes y castigos contra los cuales no podemos o no sabemos rebelarnos. Actúan de forma paternalista para enseñarnos cuál es el camino recto (casualmente, el que les beneficia a ellos) y nos mortifican de mil maneras por unas culpas que sólo están en su imaginación sádica.

En España conviven dos mentalidades contrapuestas, sin duda.

Una es el perfil de tradición resignada y estoica, que acepta sin rechistar todo lo que le hace daño e incluso lo busca, porque en el fondo siente que el pecado original o algún tipo de maldad antropológica anida en su corazón y merece el castigo que se le imponga. Es la misma tradición de la contrarreforma, conservadora y castiza, capaz de gritar “¡vivan las cadenas!” cuando aparece el Inquisidor de turno; busca la divinidad de su corazón en lo más bajo, como si así pudiera ser ascética y mística, gracias a la mortificación.

La otra es una mentalidad revolucionaria y transgresora, que se niega a transigir con el dolor gratuito y busca recomenzar todo desde cero; que quiere un futuro distinto y es capaz de inmolarse en el intento. Es la “furia española” en estado puro, no reconoce barreras y su potencial ilimitado tiene una raíz noblemente renovada, pues no cree en el pecado impuesto desde fuera: sólo en una ética propia y pura. Busca la divinidad de su corazón en lo más alto, en lo que no tiene precio: un mundo nuevo sin errores, en el centro de su objetivo.

Pero en contra de lo que nos ha hecho creer la Historia que nos han contado, eso no son “las dos Españas”, porque las dos mentalidades anidan en tod@s y cada un@ de nosotr@s a partes desiguales; nos debatimos entre esos dos polos opuestos, contradictorios, en función de nuestras circunstancias y nuestro estado de ánimo. Es una opción individual, vivimos entre dos aguas y estos dos principios que nos constituyen salen a relucir alternativamente dependiendo de la época que nos toque vivir.

El conjunto de la población en su “mayoría” ha elegido buscar un “salvador” el pasado 20N y sólo ha encontrado a mano a este personaje cuyas aspiraciones son contentar a los mercados, al capital y al sistema; para eso ha puesto a sus amigos de la banca y las finanzas en los sitios clave. Estamos asistiendo a la victoria temporal del primero de los polos explicados, pero que nadie se engañe… cuando caiga la careta del Imperio del capital, aparecerá como de la Nada esa otra España latente capaz de decir “¡basta!” caiga quien caiga. Entonces nos jugaremos a una carta, al “todo o nada” el corazón y la vida; porque no queremos más pantomimas y creemos que es posible un mundo diferente: porque hay alternativas.

"Paz para los hombres", por Luan Mart

miércoles, 14 de diciembre de 2011

ENCUENTRO FUGAZ EN AUTOBÚS URBANO

Me parecía tan vulgar hablar del negro brillantemente esplendoroso en tu bolsa de Adidas… y sin embargo ¡deseaba homenajear el bello destello que ha supuesto verte! Más allá del esmalte de tus uñas (refulgente en mis pupilas) o los colores seductores de tu iPhone, que graciosamente jugaba entre tus dedos; más allá también de la profundidad de tus ojos remarcados por su misterioso borde negro… a juego con el pantalón ajustado a la silueta de tus muslos. Mi deseo de homenaje iba mucho más allá, sin duda; ni siquiera me has visto, gracias a mi disfraz de persona gris y el disimulo que llevaba en la mirada… enfrascada en tus cosas, de tanto en tanto regalabas tus sonrisas a la Nada. Finalmente, desde el torpe torbellino de un cerebro en retirada, sólo he sabido eternizar nuestro choque de esta forma:

"… mientras alguien, desde el silencio, contempla y observa tu belleza: ese mohín de no-estar-conforme que frunce tus labios hasta el éxtasis (el mismo que a mí me desespera). Sigues en el mundo tras ese instante eterno, sin apercibirte de que precisamente ser eso (estandarte de la estética), tan fugaz como atractivo, es lo que hace desmoronarse todo; vas dejando –ignorante- tu estela, tu rastro inaprehensible y cautivo del cuerpo adolescente: vas hacia el futuro sin dejarte inmortalizar más que por letras, porque el olvido de tu rostro significa la muerte del tiempo, la catástrofe de las esferas que te impide estar contenta."

miércoles, 23 de noviembre de 2011

EL TIEMPO UN ESPEJO

[Vestuario: una túnica vaporosa casi transparente, de color negro. Bajo ella y en vertical: medio cuerpo desnudo y pintado de negro (salvo la cabeza). El otro medio con un mono de trabajo de color azul ligeramente eléctrico]


[Entrando despacio en el escenario desde la derecha hacia el centro; la mirada baja. Iluminación: sólo blanco]

[Se detiene, mirando al suelo]

... algunos dicen que estoy muerta...

[Levanta los ojos y mira al frente. Gesto grave]

Yo sólo me siento fría. [Se encoge de hombros]

Es un frío que me eriza la piel, como en los eclipses. [Recita inmóvil, sin un gesto. Sólo mueve los labios] Me disloca la mirada y me trastoca la cabeza; miro al horizonte para no marearme, pero no lo veo. Sólo hay piedras que me multiplican este frío metafísico, este frío que me busco en el cuerpo y no lo encuentro. Como si se hubiera ido ya, dejándome fría sin remedio.

[Camina en silencio hacia la izquierda del escenario, sin mover los brazos. Se detiene y comienza a hablar. Lentamente la luz se irá volviendo más y más amarilla mientras ella continúa hablando. Al final del párrafo, será de un amarillo insoportable]

[Vuelve a recitar sin gestos, hierática] ¡Qué me importa a mí la muerte! ¡¡La de nadie!! Si la he visto tantas veces que os la podría describir de pies a cabeza, ¿qué más me da la muerte? La vida me da frío, asco, ganas de llorar y mucha risa... [Riendo a carcajadas, histéricamente] ¡Qué más me dará la muerte! [Corta en seco la risa]

[Camina en silencio hacia la derecha del escenario, marcialmente. Casi desfila. A la altura de los 2/3 recorridos del escenario, la luz súbitamente se torna de un lila casi enamorado. Cambia de golpe pero ella no se inmuta y llega hasta el extremo derecho, donde se detiene con una sonrisa inocente, mirando al público]

[Describiendo un círculo una y otra vez con los brazos pero sin flexionar las piernas, mientras recita] Siempre quiero empezar de nuevo, no me canso... [Todo el rato con la sonrisa inocente, que aún no ha abandonado] cada vez que las cosas me salen mal, me repito en silencio: no te preocupes, la próxima será distinta. Desayuno, trabajo, duermo y meo. Todo el mundo quiere violarme en cada uno de estos hechos. Ya casi ni recuerdo cómo era el amor... ni el mar. [Paulatinamente la luz va cambiando hacia el blanco del inicio] No recuerdo el olor que las manos de los niños dejan en mis manos. [Solloza sin abandonar la sonrisa inocente. Detiene los brazos y los deja caer, muertos] ¿Y el calor de los sueños, arropando mis noches? [Gritando desgarradamente, ya con la luz blanca] ¡¡¡Por qué me los habéis robado!!!

[Camina lentamente y cabizbaja hacia el centro del escenario; una vez allí y de espaldas al público, con voz alta y clara, sentencia:]

Algunos dicen que estoy muerta, pero los muertos están siempre en la oscuridad, inmóviles y atentos... como vosotros. [Todo negro]

jueves, 10 de noviembre de 2011

Soy el típico...

Soy el típico individuo que frente al espejo se ve ajeno. Al mirarme la cara, la veo siempre por vez primera: no me conozco ni de lejos. Me asustan esas facciones que tengo enfrente, son como la amenaza de un futuro indeciso pero cierto: la degradación. Sin embargo, me reconozco en ese extraño que investiga mis rasgos desde allí... quizá soy yo mismo más joven, pero no me recuerdo así porque los años van haciendo mella en mi memoria. He cambiado tanto desde que la imagen salió de esa estrella... que cuando me la devuelve el azogue, han pasado milenios-luz o años-sombra, sin duda.


Miro sus rizos risueños, el gesto de comerse el mundo que ostenta ese pimpollo; casi envidio semejante desparpajo sabiendo que le investigo. ¡Qué impertinencia, qué desfachatez, la de la juventud en ciernes! Me pregunto por qué viene a mi espejo, quién le ha dado vela en este entierro... cómo se quita las arrugas cada vez que vuelve a verme... me pregunto tantas cosas que me parece vivir un sueño: el de la infancia rediviva, preguntando a diestro y siniestro. ¿Pero acaso aún investigo? ¿Serán bolsas de curiosidad mis ojeras? Acaso acumulo en mis surcos, impares dudas y certezas.

Sube la mano, indolente; parece como si quisiera acicalarse para ir a conquistar el mundo entero. Yo lo miro desde el escepticismo, porque resulta imposible que haya un individuo en mí que tienda a lo donjuanesco; quizá es mi otro yo, el que tengo arrinconado más allá de la trastienda... en el rincón desde donde miro cada tarde el crepúsculo verde.

Me parece descubrir entre su maquillaje rosado una brizna de acné: sin duda es coqueto como un viejo venido a más, ahora veo que se trata de un especimen de flirteo. Algo así como el diseño de un muñeco que hiciera mi subconsciente, mi yo más ateo.

domingo, 30 de octubre de 2011

lunes, 24 de octubre de 2011

Otra vez...

http://www.jordiguardans.cat/popup.php?cancion=he_perdut_el_mar



Otra vez he perdido el mar
La luna parece querer vengar(se)
Sobre el desierto donde no se refleja
La gran traición que padece el amor.



Otra vez he perdido el mar
Ningún hombre más será marinero
Vértigo oscuro donde estaba el azul
No hay horizonte, ni perdón ni paz.


Otra vez he perdido el mar
La playa negra no tiene final
El pez de plata que llevo en el corazón
Es un pez muerto, no es ningún tesoro.

Otra vez he perdido el mar
Estoy enfermo, soy un exiliado,
Ya no soy hombre y lo soy mucho más
Soy de este mundo que no se cuál es.


Otra vez he perdido el mar,
Sin remedio todo ha de arder,
Ya no hay olas, todo es el fuego,
El aliento mezquino ha impuesto el juego.


Otra vez he perdido el mar,
Todo cambiaría si yo llorase
Tengo que llorar, reencontrar el hogar,
Que el mar de lágrimas es el mar.

jueves, 20 de octubre de 2011

Leyenda urbana

Uno se buscó una novia tonta para parecer más inteligente. Otro quiso una novia con las manos pequeñitas para verse la polla más grande. El más imbécil de los tres –sin duda– buscó una chica inteligente y guapa, porque pretendía pasar desapercibido.


Nosotr@s, en cambio, escribimos poesía porque somos fe@s. Quizás si hubiéramos nacido guap@s  nos habríamos operado... Escribimos sin sonrojo, pues no nos importa en absoluto tener las manos llenas de pústulas o de metáforas.

Así es la vida.

lunes, 26 de septiembre de 2011

esto sí que da miedo

De la misma forma que nos han llevado a un paisaje llamado "crisis", nos llevarán a un desierto llamado "guerra"...

http://www.kaosenlared.net/noticia/asi-habla-terrorista-crisis-sueno-hecho-realidad-no-nos-importa-econom

lunes, 19 de septiembre de 2011

PENSAR UN POEMA


Precisamente hoy, vestir la camisa


De contemplar los crepúsculos extraños,

Buscar paraísos perdidos

Y esperar lo inexpugnable.

miércoles, 14 de septiembre de 2011

EN EL FONDO

Imagina cómo sería un mundo dominado por filósof@s: la población normal vive tranquila; nadie quiere el poder, pues para ejercerlo es requisito imprescindible ser pobre: tener un trabajo mileurista al que hay que asistir a diario o casi (salvo las ‘horas políticas’, un máximo de 40 mensuales); además, no tener bienes patrimoniales excepto la vivienda habitual. Dedicarse al bien común obliga a: utilizar transporte público no preferente, comer verduras y proteínas a la plancha (excepto l@s vegetarian@s), estudiar y hacer estudiar a los niños en colegios públicos, utilizar la sanidad también pública. Otro requisito es tener un currículum brillante o casi (aunque puede ser heterodoxo) que durante los últimos 20 años se haya orientado a la sabiduría y el arte por el arte, sin ánimo de lucro; el poder lo ejercen ascetas que sólo piensan en el beneficio de la comunidad, sometid@s a mecanismos que les impidan corromperse, sucumbir a las tentaciones materiales.


En ese mundo dominado por filósof@s, la casta intelectual es una especie de tecnocracia al servicio de los problemas reales de la población, que se los traslada y fiscaliza sus actividades a través de asambleas de barrio; nada piramidal, todo horizontal. Progresivamente, la educación ha hecho posible que de forma paulatina la ambición ya no esté de moda. Intermediarios, especuladores y esclavistas (en una palabra, todas las variantes del mundo financiero) son especies en vías de extinción, puesto que prácticamente ha desaparecido el dinero. Gracias a la educación también ha mejorado la dieta y la salud física de la población, cada vez menos TV y por eso ha mejorado la salud mental; el deporte se practica en lugar de ser espectáculo, porque ha dejado de ser un negocio.

Si queréis un mundo como ése, podéis llamarme: de hecho cumplo todos los requisitos… no me importaría el sacrificio de ser vuestro presidente del gobierno, a pesar de todos los esfuerzos. Si me lo pidierais, creo que podría sacrificar mi asco y mis principios antipolíticos, en el fondo no soy tan misántropo: ya estoy redactando la ‘Ley de la anarquía’ (es la misma que la de la poesía).

viernes, 15 de julio de 2011

CRÓNICA DE PERPLEJIDAD (o cómo los enamorados pueden separarse contra su voluntad)

La primera vez que te oí decirlo, no me lo creía. La última… tampoco. Al principio me sonaba a despropósito, a realidad descoyuntada: absurdo, nuestra separación era inconcebible. Desde entonces empecé a perder el ritmo de la realidad, a desacompasarme extemporáneamente sin motivo aparente. También comenzaron a rodarme las lágrimas hacia abajo, con la excusa de colirios y zarandajas. Lacónicamente fui aceptando contra mi voluntad que podía tratarse de una posibilidad: otra realidad. Lo descarté por inverosímil y porque tus palabras posteriores (y tus hechos) contradecían semejante fisura. Atribuí todo al lenguaje ¡qué recurso! como pesadilla recurrente.




Con el paso del tiempo, fue una letanía injusta que aceptaba como inevitable: como se acepta al clima o a los achaques, casi personificados, casi familia. Tampoco me satisfizo esa metamorfosis en la variante de tortura, pues las gotas fueron acumulándose hasta horadar mi corteza cerebral, ya sin remedio.



La repetición de la idea, tan machacona como la realidad misma, dejó de ser tan espaciada y empezó a frecuentarme los oídos de manera casi insoportable: de estridencia religiosa, de invasión de mis rincones más preciados y privados. Ahí ya no pude más y le puse una frontera, le privé de pasaporte y ¡al exilio!



Resultó indiferente, ineficaz: continuó enviando comunicados periódicamente y consiguió por fin que le concediese audiencia.



Con escepticismo, la recibí distante y con el belfo colgante, mirándome las uñas con una cadencia casi monárquica. Tras escuchar sus motivos y argumentos, marchó dejándome en la soledad de mi persona… que por su propia naturaleza fue víctima del meta-escepticismo y dejó entrever –tan sólo como hipótesis de trabajo- la remota posibilidad de que fuera verosímil, algo cierto e inevitable.



El resto casi vino por añadidura, puesto que comenzó a cobrar fuerza gracias a un rompecabezas cuyas piezas (se colocaran en una posición o en cualquier otra) siempre encajaban. Mi persona –siempre en positivo- comenzó a sopesar las ventajas que traería aquello de ser cierto: al inicio encontró alguna, como se hallan las setas en medio de los jardines, con curiosidad y sorpresa… casi buscando la incredulidad. Sin embargo, el campo estaba más que abonado y las ventajas se reprodujeron como hongos. En un abrir y cerrar de alma, el listado de inconvenientes se tornó transparente, mientras el arrollador pergamino que enumeraba los posibles beneficios fue poco menos que infinito.



A continuación vino un intermedio: el desafío, el reto al mundo para que fuese capaz de convertir la idea en realidad. Quizás de manera inconsciente fui incrementando las condiciones de posibilidad para que aquello finalmente fuera cierto… era casi al inicio de la ansiedad, esperando el momento en que por fin aquel delirio pasara a formar parte del mundo de los vivos.



No diré que provoqué los acontecimientos, pero sí es cierto que la última vez que te oí decirlo (la definitiva), no me lo creía. El órdago requería ser tan estrafalario, tan descabellado, que no permitiera la opción de "vuelta atrás", no sé... algo así como abandonarme a 300 km. de casa... de una casa que -según tú dijiste- ya nunca volvería a ser la nuestra.


Mi escepticismo era casi un desafío, que tú convenientemente aceptaste porque al fin y al cabo, todo te daba la razón y tú lo habías vaticinado desde el principio.


[Narración incluida en "Mosaico de desamores", inédito]

miércoles, 13 de julio de 2011

Una muestra, unos botones...

Si hoy lo lloras todo, ¿qué dejarás para mañana? Si al menos se acabara el mundo… si una hoja de pino atravesara el corazón de los amantes imposibles…


[...]

Hoy he paseado solo por nuestros paraísos imperdibles, mientras se alargan las sombras… y el paseo tenía el regusto de los sueños incontrolables, ésos en los que el instante más inesperado amenaza con traer un oso agresivo, enemigo invencible al que hacer frente. Al fondo, un olor a cuerpo que comienza su descomposición. El intento de separar nuestras identidades va contra toda ley natural, ambos lo sabemos.

[...]

Al pasear por el campo no lo vimos, pero junto al número 13 ya estaban preparadas nuestras dos tumbas… como se anticipa un apocalipsis o un trastorno bipolar.

Fragmentos de "Mosaico de desamores" (inédito), previsible publicación en 2012

COSAS QUE TIRAN LOS RICOS

http://www.kaosenlared.net/noticia/cosas-que-tiran-los-ricos

jueves, 16 de junio de 2011

SÓLO UNAS LÍNEAS PARA EXPLICARLO

(Reflexiones inspiradas por tus ojos)

Follar para mí carece de importancia. Por eso podría follarte ahora mismo, sin ningún remordimiento: ni presente, ni futuro, ni posible.

Y es que el sexo en general es algo efímero como un chaparrón imposible por definición de ser eterno. En cambio, lo sublime del abrazo de tu vagina, el contacto de tu piel o tus suspiros... eso no es ya follar, sino lo verdaderamente importante: el antes y el después agrandan el durante (que se yergue monolítico entre tus entrañas).

En general no soy celoso, sólo de mi libertad y mi soledad (mis dos chicas favoritas, una por imposible y la otra por ideal): no les permito que me pongan los cuernos con nadie. Forma parte de la naturaleza... de nuestra relación.

Follar para mí sería prescindible si con ello no tuviera que renunciar a tu esencia; por eso puedo follarte cualquier día, imprevisible. Por si acaso, no te acerques que te huelo: aunque el sexo carezca de importancia, sin duda podría venir por añadidura.

domingo, 22 de mayo de 2011

lunes, 9 de mayo de 2011

A PROPÓSITO DE VENECIA Y DE LA NIEVE


Lloro mucho, en ocasiones sin lágrimas
contigo de cuerpo presente; no te reprocho la ausencia
pero es tuyo el dolor de mi soledad.
Vago entre infinitos seres lejanos
ignorando sus cándidas empatías. Me acompaña
la pena como una burbuja alrededor,
pero no siento nada: sólo el vacío.
Transcurren los años contigo al lado
y eternamente me has abandonado.
¿Dónde está en realidad tu muerte?
En el absurdo de tenerte, en la noche
interminable y blanca; ya sólo
soy el cielo pidiendo venganza.

lunes, 25 de abril de 2011

SALVAJE COMO LOS SUEÑOS


El agua es salvaje como los sueños, aparentemente simple y con la potencia de todo lo imprevisible. Guarda en su seno enormes secretos jamás descifrados, alberga en su interior mundos que serán siempre desconocidos. Desencadena infinitos procesos entre humanos, quienes a su merced sólo son pequeñas marionetas perdidas en los entresijos del tiempo.
Soñar con agua, beber un sueño: quimeras y utopías que no se dejan clasificar por ciencia alguna, espíritus en estado puro que ríen de habitáculos que pretenden ser continentes, trampas para el líquido y el inconsciente.
El sueño es transparente como las aguas y sin embargo resulta una mezcla del blanco y el negro, va más allá del espectro (visual) que toda realidad regala constantemente al ser humano. El agua, como el sueño, se escapa entre los dedos: una vida inmensa y salada, una muerte dulce y breve... la de quienes no sueñan ni beben.


domingo, 27 de marzo de 2011

HOY ME GUSTA TODO


¡Qué tremendo! Me gustan los muertos que son, como están; y que mi inconformismo choque con el hediondo mundo que necesita para sobrevivir. Es más drástico (mucho más) este gusto mío que cualquier (pesim)ismo. Me gusta que sea esta hora ¡y es tarde!, pues me gusta odiar los relojes. Me siento bajo el influjo conjuro de mí (energía positiva) viendo potente cómo encaja todo. Me veo abocado por este abismo –mi amor- a la suplencia de Ti, en tu ausencia. Me gusta que no estés ahora (¿significa que estarás, y por eso me gusta?), y eso sí es tremendo: no puedo llamarlo soledad. Me gusta odiarme como a los domingos, y que se acabe el papel, o mi falta de imaginación. Me gusta escribir sin sentido, ni pensar o pesar. Lo gratuito, el placer, amarte, descubrir el norte, occidentarme y blasfemar sobre palimpsestos. Anhelar la satiriasis, rebuscar opciones seniles entre los recuerdos, ¡olvidemos el futuro! Un corredor de aire nos está indicando el anhelo de otro vuelo, ¡viva el rebuzno institucional! –dirá mi obra.
Se comba el viento, el aliento, me espera el agua más allá de las cuevas; y caminar vereda adentro buscando avellanos, algarrobales en medio de una selva andina que me reconcilie con mis heterófagos y asuma la comprensión de mi imbecilidad.
Estoy glosando una eternidad, el absoluto de mis rentas miopes disolviéndose en este placer incomprensible, nunca antes experimentado. Es otra piedra filosofal, no la comprensión sino lo inagotable de combinaciones oníricas, aleatorias y lúdicas, lúbricas. Un automatismo sin autómata: a) la asociación inconsciente; b) la entrada de lo inesperado; c) buscar lo contradictorio; d) el vuelo inconsistente de un alma como palomas; y después, todo lo demás, cualquier fórmula es válida: los ancestros, la impotencia, una gastronomía sumergida en ocurrencias cotidianas, el humor arte o la mera descripción tamizada en vocablos educacionalmente correctos (majaderías de concordancia). Así en la lengua como en el cielo (de la boca), sigue valiendo la alquimia para las manos, ensuciando colores de atardecer sobre la pobre materia inocente de sus posibilidades holísticas. Y me río, me río mucho de todo porque en esta caverna del sinsentido cabe de todo, hasta las ratas, que también me gustan, y podría seguir, pero me paro…

Primera redacción de un capítulo de "Malas memorias" (inédito)

viernes, 25 de marzo de 2011

hace siete años y un día


Imagina que la literatura es un perro,
una palabra pronunciada por un banquero.

Sácala a pasear cada día un par de veces,
mírala a los ojos, dedícale tiempo;
adiéstrala para que coma de tu mano
enséñale cómo son las normas del universo.
Sé severo contra sus caprichos, ten constancia
y no te dejes llevar por la ternura o el incienso/ingenio;
en ocasiones sus heces te harán vomitar
y por eso: mímala, cuida su dieta
para tener la seguridad de que está en su peso.
No le des más de lo que merece
mas tampoco menos.
Desprecia su vacuidad, su inmanencia
la capacidad que tiene de convertirlo todo en metal.
Hazle ascos a cosa tan ruin que ni siquiera
mañana será recordada. Y escupe sobre todo
lo que nunca ha sido: el poder, el centro
de todo mundo material.
Colócala, por fin, en el lugar
justo donde le corresponde
en tu corazón, en el universo.