domingo, 26 de abril de 2009

Esto no es un blog

Aquí vengo para pintar un texto puntillista, no para hacer un diario de nimiedades; para arengar al lector a que escriba, no a que se trague las ruedas de molino de mis pequeñas tragedias y filosofías baratas; para regalar demos de textos agotados, no para hacer publicidad de libros que haya que comprarse... por todo lo anterior y por muchos más motivos que oculto deliberadamente para que los adivine quien se aburra de ver la televisión, ESTO NO ES UN BLOG.
Y también como guiño a Magritte y todos los ismos de principios del XX, sombras que pasearon alargadas durante el desierto de imaginación que han supuesto los últimos 30 años, muertas ya la Razón, la Historia, el Pensamiento y la madre que las parió a las tres: la Filosofía en persona, de cuerpo presente.
Pongo a Sawa por testigo de que nunca volveré a temer al folio en blanco; durante los crepúsculos se agitan en el cielo los colores de todo el fuego redentor, de ahí el motivo de todos los escritos suicidas que se inmolan en las páginas de mis cuadernos inéditos. Si no hay más después de esto, que venga cualquier best-seller y levante acta; a mí me la trae al fresco, como a Leonardo.

lunes, 20 de abril de 2009

NUEVA VERSION DE CIERTOS EPISODIOS DE LA VIDA DE ULISES A LA LUZ DEL SINSENTIDO POSMODERNO

El entorno es propicio para poder reclamar lo imposible. Nadie sabe hoy si detrás del gesto bobalicón de un hijo no se esconden profundas reflexiones que le harán disfrutar con el tiempo de una posición envidiable dentro de la sociedad. Por eso, desde todos los ámbitos ─porque al mundo entero le beneficia el surgimiento de un genio─ se potencian las extravagancias que puedan ser interpretadas como algo más que meros caprichos infantiles; aquéllas detrás de cuya sombra parece atisbarse el destello de lo genial pueden desembocar en un entorno que facilita el niño prodigio.
Con el tiempo se va apagando la esperanza de un padre que no hizo sino proyectar en su vástago las quimeras inalcanzadas por razones circunstanciales ─nunca debido a las limitaciones propias─, postergadas indefinidamente y de manera irreversible.
Al fin ¿quién no ha sentido ese ardor que surge de las entrañas y nos urge a intentar hazañas jamás imaginadas por cronista alguno? Si hay innúmeras empresas al alcance de la mano ─que se rozan con los dedos─, especialmente concebidas para uno; que casi se amoldan a las habilidades personales, y que podrían, con el esfuerzo correspondiente, con energía bien encauzada, proporcionar la satisfacción de saberse uno mismo realizado al tiempo que famoso, ¿por qué no ha de ser ello causa y merecimiento de admiración de todos los circundantes? ¿Hay algún impedimento para la gloria y la felicidad de saberse admirado por el mundo?
Y en la esperanza cada día más débil de ser un elegido para la gloria ─que detrás de cualquier esquina puede aguardarle─ pulula el hombre contemporáneo, pensando en la posibilidad de cambiar esa gloria por los quince minutos vaticinados para todo afortunado. O quizá si no es viable, una fama efímera bien merecería la pena si va acompañada de una cantidad sustanciosa de dinero, proveniente de la lotería, por ejemplo.
Se interrumpe la reflexión de repente. Algo ocurre cerca. Un sonido extraño al principio, después alarmante, saca al transeúnte de su mundo interior, reclamando instintivamente su atención. No muy lejos, un par de manzanas, suena una sirena. ¿De qué color? Los cuellos se estiran. ¡Ah! Es eso. Casi siempre una ambulancia. También muchas veces la policía. Pocas los bomberos. En ocasiones se confunden con alarmas de establecimientos. ¿Qué hay de los barcos?
Era cierto. Con el transcurso del tiempo no han variado sustancialmente las cosas. Un canto puede identificar el espíritu de una época; quizás la esencia de las ambiciones humanas. La policía protege (?) la integridad de personas y bienes. Los bomberos tratan de mitigar daños (?). Las ambulancias conducen hacia la salvación (?) a infartados. Los barcos convierten en próspera (?) una sociedad. Las sirenas "cantan". Su armonía es tintineante, su ritmo frenético, su timbre entrecortado.Las sirenas cantan y su sonido está delatándonos. No estamos atados a nuestro barco, ni surcamos los mares que nos llevan hasta nuestra ilusión, hasta nosotros mismos. Cuando cantan las sirenas, estamos atados a ellas, y el vértigo que nos producen proviene sólo del temor a saber el nombre del próximo damnificado, y que coincida con el que reza en nuestro documento de identidad (?), cuyo número nos acredita en el sorteo de calderilla espiritual que todos los días nos consume la existencia.


Dentro del volumen "Los auténticos y genuinos creadores de la mal llamada 'Secta del maniquete'" (1992)

miércoles, 15 de abril de 2009

"Por una cabeza"

Broche de vida, primer y último tango con el que se cierra el círculo del corazón... esférico y perfecto (casi griego), como si de un anillo se tratara.

Fragmento de "Ritual sombrío" (c.1986)

Llegará el día en que llueva sin nubes
en el cielo, y el horizonte
revele lo que hay más allá de la tristeza;
volverá la escuálida noche
en escuadras de cartílago,
que no arremeten entre decenas de impudores.
¿Dejaremos de transitar enésimas vías,
siempre la misma,
buscando una llave que contiene nuestro bolsillo?

domingo, 12 de abril de 2009

Soy un tío prepotente que se piensa que todo lo hace perfecto: insoportable.



Las ciudades sólo son desiertos en exilio provisional... bajo su piel de asfalto, al igual que bajo la arena de las dunas, anidan innumerables formas de vida desconocida.

Mis paseos por la memoria me traen imágenes surrealistas, pero también son una invitación a la "claustrofilia"; torres o cloacas de marfil, ¿qué más da? Lo importante de la realidad es que sea capaz de permanecer ahí fuera mientras yo quiero; lo importante de mí mismo es que sea capaz de mantenerla a raya.

Cinco redes para capturar seres humanos: internet, familia, educación, trabajo y ocio. ¿Alguien es capaz de no contemplarse como un insecto en su cajita? Al principio duele el pinchazo, pero después ayuda a mantenerse firme.

Elegidos al azaHAr


Como si de la casualidad se tratara, nuestra existencia sigue siendo una mezcla de misterio y hastío... acompaño unas guindas que adornen la zambullida inusual de letras con sentido, en este océano virtual de ideas marchitas. Feliz noche.

*No dejes la puerta abierta a los monstruos: cierra la tapa del retrete.
*¡Qué ironía! Las luces de Navidad parecen coronas de espinas.
*La pajiza relación que tienes con la enfermedad.
*¡Qué quieres que te diga!, me gusta ser viejo, acumular...
*El campo en el que me concentro, o sea, mi campo de concentración...
*El corazón es una bomba... ¡de relojería!
*La calle es extraña como mi casa.
*Debilitando las estructuras, follar bajo los frutales.
*¿Qué sabes tú de mis perversiones con la sandía, que son a cielo abierto?
*Me he deshecho lesbiana.