martes, 18 de diciembre de 2012

DESVARÍOS

La descubrí en una tienda, comprando... su rostro frágil, su figura sutil, su cuerpo inverosímil... se dibujaban frente a mí como un sueño, el sobresalto de un encuentro inesperado por imposible. Era la Belleza misma en carne viva… ¡carne morena!


Casi con naturalidad coincidimos en la esquina, donde intercambiamos unas palabras vacías y aceptamos mutuamente la excusa de un café para sublimar la timidez.

–Llevas mucha compra –apuntó mirando las bolsas de plástico que dejé junto a la mesa.

–Estas bolsas –le dije– contienen la inmensa carga de mi vida cotidiana y doméstica. Representan el lastre de la espera: mi existencia sólo es la búsqueda infructuosa del salto mortal que me haga salir del hastío. ¿Pero dónde iré? ¿acaso a otro desierto tan semejante a éste? No, lo que realmente anhelo y necesito como el aire no es una huída, sino un encuentro. El de mí mismo con la identidad perdida entre tantos hechos como se acumulan en mi historia personal. Tus ojos contienen esa chispa, capaz de hacerme saltar por los aires y llegar a una dimensión ignota... abandonar toda esta seguridad previsible y abrazar lo imprevisto, la aventura de tus brazos como un anticipo de otro mundo que ahora se me escapa.

–Sigue buscando, no soy tu sueño. De hecho... soy como tú, nada más. Lo que llamas la chispa de mis ojos sólo es un espejismo que te mientes. Mi mundo es tan desierto como el tuyo; ¿qué haremos, ampliar dos desiertos?

Se levantó. Sus leves pantaloncitos dejaban ver claramente unos muslos tan bronceados como el Oriente. Sus brazos ligeros y los hombros torneados eran una invitación al error, sin duda. Un leve contoneo de insinuantes caderas fue su única despedida; pero yo no había venido a entrevistarme con la lujuria.

–¿Dónde estará mi sueño? –le pregunté.

Pero ella no me oyó, ya no estaba... nunca había venido.

martes, 4 de diciembre de 2012

LOS HIJOS DE ARQUÍMEDES

La suavidad inacabada en pensamiento,


El placer de una erección en compañía.

Todo espíritu sumergido en una frustración

Experimenta un renacer hacia los astros

Directamente proporcional a las negras fuerzas

Que lo hunden… pero siempre después

De haber tocado el fondo, saboreado el suicidio

Hábilmente escondido tras las fiestas.

Esa noche que habita fibrilando deseos

Quiere provocar a las constelaciones:

Deambulan, ateridas y sórdidas en su

Pequeño espacio infinito, inmenso.

Soplido entre los ojos, ceniciento…

jueves, 22 de noviembre de 2012

LA MANZANA

Si alguna tarde se acerca a nosotros
un divertimento en forma de flor
o de música de otros tiempos
no reforcéis una respuesta
tan artificial como inconsciente,
más bien de todo este juglar
quedaos con el impulso, la manzana.

lunes, 30 de julio de 2012

Me encuento prrovisionalmente desactivado, pero intentaré volver...

viernes, 4 de mayo de 2012

VEO, veo...



Veo un grupo en la sombra: celebran su negocio de guerra con fuegos artificiales rojos. Son ajenos a la vida de la gente, sólo brindan con su cristal de calavera. Veo tantas noches baldías... de vanidad al sereno, de hambre sin remedio, de enjutas venganzas circulando por los pasillos de la justicia. Veo tantas vidas malgastadas, que jamás habría imaginado ese estallido: el que ilumina las sombras con el fulgor instantáneo de quien se inmola porque ya lo da todo por perdido.

miércoles, 18 de abril de 2012

Lo siento por los elefantes... y los dinosaurios

Respeto la afición del rey por la caza...

... con una pequeña condición:

que se respete mi gusto por la guillotina.

martes, 10 de abril de 2012

sobre un posible impuesto para ver la TV

Si hay quien piensa que alguna vez pagaré por ver TVasura… ¡ya puede ir poniéndose en la cola de la estupidez humana!

QPQPT: ¡CEH!

sábado, 17 de marzo de 2012

Seducid@s por la música

En 0:23:30 y hasta 0:25:40






De 3:08 a 5:18

 



Sobre la traducción, aquí va una propuesta; también hay quienes dicen que el título sería "Amara me" (un juego de palabras entre "amarme y amargarme", o algo similar).

AMARE ME


Amarme a mí
amarme a mí
amarme a mí
es algo oscuro pero,
oscuro pero, oscuro, pero
ahora me matas,
ahora me matas,
ahora me matas de dolor.

Amarme a mí es un error seguro.
Yo estoy muerta y tú estás loco.
Me destrozas y me acuchillas.
Me dejas ciega en el corazón.

Amarme a mí
amarme a mí
amarme a mí
es algo oscuro pero,
oscuro pero, oscuro, pero
ahora me matas,
ahora me matas,
ahora me matas de dolor.

Soy una pobre perdida,
le conocí y me ha dejado.
El muchacho siempre es presa del destino.
¿Dónde estarás?

Amarme a mí
amarme a mí
amarme a mí
es algo oscuro pero,
oscuro pero, oscuro, pero
ahora me matas,
ahora me matas,
ahora me matas de dolor.

Amarme a mí
amarme a mí
amarme a mí
es algo oscuro pero,
oscuro pero, oscuro, pero
ahora me matas,
ahora me matas,
ahora me matas de dolor.

También hay otras versiones de la misma canción, para diferentes sensibilidades:





miércoles, 7 de marzo de 2012

ya lo sé

Ya sé que hablaréis de mí en cuanto me haya ido, al instante de mi media vuelta, de mi marcha envidiable incomparable. Diréis (os diréis) todo eso que llenaba vuestra cabeza en mi presencia, pero jamás tuvisteis osadía ni arrojo para decirlo en mi cara, mirándome a los ojos… no sé si por pudor o por falta de vergüenza, pero vuestras palabras mudas estuvieron eternidades encerradas en vuestro cuerpo. Mis ojos son cofres que guardan decisiones difíciles, atesoran el triunfo de plantarle cara a las costumbres; demasiada fuerza para que podáis aguantarme la mirada.


Sé que hablaréis de mí y recordaréis algunos de mis movimientos, los hechos que han jalonado mi presencia leve y fugaz en vuestras vidas; es mi destino y así lo acepto, al igual que es tan contrario el destino de tantos que han desfilado ante vosotros: ésos de quienes nunca habéis hablado, ésos que ni siquiera recordáis porque no marcaron una estela ni siquiera levemente, quienes no han dejado huella.

Os pido disculpas por decirlo en estos versos tan prosaicos, aunque se trate de algo de tal importancia y difícilmente comprensible para el común de los mortales: la excepción de vuestro silencio delata una falta de empatía, una sinceridad hurtada al humanismo; sólo sois capaces de hablar de mí cuando me ausento, sin reconoceros siquiera en el papel de llenar vuestra vida con los rumores sobre la mía. No creo ser superior ni diferente, pero vuestro trato significa que me habéis etiquetado como tal y por eso me tratáis de manera inusitada. En fin, acepto sin acritud que mi papel central conlleva el aislamiento y la incomprensión por parte de esta pandilla de cómplices (sólo entre ellos) que son los demás. ¿Aceptáis vosotros el vuestro, de rumor sin rostro amparado en la maleza… de murmurar contra el viento, sólo porque soy diferente?

Para Lucas, que ahora es Marta.

domingo, 4 de marzo de 2012

ALGO QUE SE ROMPE

Música para la paz en tiempos de guerra interior, inminente, sin mediación. Una batalla cotidiana pausada, sin pausa. Es el veneno de la vida sin sentido, que viene a pudrir la sangre y la vuelve transparente. Después llegará la piel traslúcida, entre asombros circenses y ovaciones callejeras; es la admiración de los eunucos, quebrando el silencio acogedor de la soledad. Paciencia. El siguiente paso nos acerca a la anhelada nada tanto como una mano vacía dentro del bolsillo, apretado el puño para que no escape la tensión de la mandíbula. Sólo resta caminar, buscando la erosión: los elementos son justos como el tiempo, son aliados. Ser invisible en un mundo de ciegos, una empresa redundante para unos tiempos necesitados de sí mismos. Si la niebla no lo rodeara todo, la fragilidad de un hueco, el de mi corazón, irisaría el mundo descomponiendo una luz radiante hasta inventar los colores. Espectros, sólo recuerdos antropomorfos pueblan esta morada azul como los imposibles días nunca llegados y ya idos para siempre al vacío de mi memoria; licuefacción de ideas, en el cerebro ya sólo hay agua salada. Tras tanto llanto sólo puedo pensar el mar de todas las ausencias.

Un fragmento suelto del año 98, siglo pasado...

jueves, 23 de febrero de 2012

EL SUEÑO DE CUALQUIER MACHO

Te observo en silencio, quedamente. Miro tus movimientos, los gestos y tus expresiones faciales. Estudio disimuladamente tu forma de hablar, de expresarte; finalmente, miro cómo se marcha tu cuerpo, la forma que tiene de despedirse tu materia.


Con todo eso, hago una cábala: conjeturo cómo serán tus besos (insinuados antes por tu risa, por la forma de tus labios), como también podría describir tu manera de practicar el sexo, imaginar tu cara en el instante del éxtasis. Pero no sólo todo eso; casi adivino –por todo lo que te oí pronunciar hace un rato– el contenido de tus pensamientos: no es telepatía, sólo lo previsible que hay en cada ser humano, porque es un todo complementario; desbrozar la personalidad a partir del gusto en el vestir, por ejemplo, resulta un puro pasatiempo.




Camino por la calle, inofensivo y callado. A mi lado desfilan mil mujeres, cada una con su belleza interior diferente, con su reclamo exterior que me llama… sin embargo, no me inmuto, porque en realidad es casi como si ya me las hubiera follado a todas: una tras otra, sólo debo dejar volar esta imaginación calenturienta para degustar el sabor de sus brazos, el calor de su sexo, las caricias de sus platos, cocinados para este cerdo. La realidad resulta tan pazguata, tan limitada y tan plana… no temáis, no os haré nada. Soy inofensivo aunque en el fondo ya os haya violado a todas.

Fragmento de "Versos prohibibles II" (en preparación)

lunes, 30 de enero de 2012

PERROS DE BIENESTAR

"Nunca he hecho gran cosa, pero me he pasado la vida entera pensando que soy el único hombre verdadero." HIRAOKA, Kimitake.


Puedo inventar las ciénagas grises y oscuras donde se ahoguen mil perros rabiosos; mis recuerdos. Conozco la fórmula alquímica que convierte las potestades en designios, y éstos en liviandades. Imaginad un paisaje farragoso, un hundimiento de piernas peor que todos los plazos bancarios y... entonces vendré yo, a lomos de caballos nunca imaginados, rocines que encarnen los fantasmas de aquellas inquietudes que nunca tuvisteis: podéis pensar que sólo soy un personaje de los cuentos buscados en hormigueos de terror para enterrar noches excesivamente bostezos, sumidos en abismos conyugales. Vamos a jugar:


"Tú eras un enamorado de rubias impersonales, encarnaciones de las carencias de tu elección matrimonial. Creías encontrar los anhelos en una falda resultona o un guiño provocador, aunque proviniesen de pantallas inalcanzables. Pero un retazo de sonrisa se hizo palpable en la coincidencia de un semáforo, y fue en ese momento cuando empezaste a pensar que quizás todo ese andamiaje que constituía tu vida cotidiana sólo fuese una construcción de cartón-piedra como las falacias de Almería. Imaginabas una vida nueva: tú convertido en uno de esos personajes envidiables que alternan la celulitis como creencia en lo establecido con muslos tersos como guadañas o praderas. Cuando el objeto de tus deseos: la mujer ideal teñida de metáfora lasciva; ésa, pasó de ser imaginada a palpable, se te derritió la última neurona, el reducto reservado para la búsqueda de una juventud ya ahogada por juergas y convenciones".

¿Has visto? Podría construirte mil castillos de ilusiones inmerecidas, pero la noche es mía: te relego (como reducto de légamos) a la parcela de un perro ahogado por el bienestar que se regocija en sus privilegios. Volvemos, sin embargo, al oscuro pelaje de la ciénaga que te constituye, y por eso ahora y siempre

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te ajusticio con la puntilla de mi indiferencia, cornudo intemporal

Q

T

DEN

jueves, 12 de enero de 2012

oro y más

No envidio a nadie, porque lo tengo todo. Imposible encontrar algo que posea otro y me haga nacer en el interior la necesidad de ser su igual, ni tampoco la de usurpárselo. Pues ¿cómo podría abandonar la posición de privilegio quien todo lo tiene absolutamente, por algo concreto y mezquino?


Niego el tiempo y tengo la eternidad, de la misma forma que negando la eternidad ya tengo el tiempo. Igualmente, llegan a mis manos caprichos y apetencias con tal facilidad que ya ni pienso en fruslerías. Gracias a semejante desapego (o a tal potencia, da igual cómo se le llame a este don) al instante viene hasta mis dominios todo lo imaginable.

Si quisiera todo el oro del mundo, sólo tendría que hacer un pequeño esfuerzo para conseguirlo: darme cuenta de que tanto metal precioso no vale sino una mínima parte del amor; con gusto alguien que tuviera todo el oro del mundo, lo cambiaría por el amor verdadero ¿no? Y si ya lo tengo, ¿no soy infinitamente más rico sin necesidad del oro, ni tan siquiera de verlo? Ya veis: acabo de tener para mí todo el oro y lo regalo, no quiero ni verlo, por eso soy doblemente rico, más que quienes lo almacenan.

Hace tiempo ya que no me inquietan los bienes materiales, ni las necesidades físicas o espirituales, pues cuando quiero algo… de la misma forma que habéis visto hace un momento todo el oro del mundo en mis manos, ese algo aparece por arte de magia en mi regazo. Quien así es de afortunado, ya no quiere nada porque lo tiene todo. Tampoco va fijándose en bienes ajenos, pues no le inquieta posesión alguna.

Poseo la piedra filosofal, el secreto hermético de los alquimistas; pero no lo busquéis fuera de este escrito: mi riqueza no es robable, es un regalo.