viernes, 27 de noviembre de 2009

AUTOAYUDA

No me da la gana ser depresivo.
Abandoné esa tendencia cuando descubrí el objetivo de todo el montaje llamado “vida” a mi alrededor; podría llamarse “teoría de la conspiración” si os gusta ese nombre... el caso es que contemplando con frialdad el conjunto de la realidad entera, concluí que todo estaba dirigido a mi autoaniquilación. Vencerme desde dentro.
Gracias a mi megalomanía (en el fondo quizá sea genialidad) convertí “la contraria como sistema” en antidepresivo. Poco tiempo después, como colofón, descubrí las endorfinas. Desde entonces, en mi cerebro todo encaja como una llave en su cerradura.
¿La realidad? Ha dejado de interesarme como tal, si no es para transformarla. Venceremos o moriremos...

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