lunes, 18 de marzo de 2013

Piénsalo bien



Piénsalo bien. La madurez consiste en eso. Vas aprendiendo a hacer del orgasmo algo puramente mental, intelectualizándolo. A medida que envejeces te vas quitando lastres materiales. Casi te conviertes en espíritu puro. Ya quedan lejos las prioridades adolescentes y hedonistas: todo dirigido al placer físico. Te haces viejo y te vas refinando, haciendo más sibarita. Personalizando el placer. Ya no te valen aquellos placeres tan simples, tan inmediatos y fáciles, al alcance de cualquiera (o casi). Hay quienes por comodidad, facilidad o naturaleza se quedan ahí. No maduran. Eternos adolescentes hasta llegar a viejos verdes. Siguen buscando el placer fácil, sin crecimiento ni conocimiento.


Piénsalo bien. Llega un momento en el que el cuerpo es lo de menos, porque el placer habita en la muerte. La madurez consiste en esto.

Ya no follas o te la cascas, aunque podrías hacerlo. Pero dejas de buscar esos ‘picos’ en la curva; el placer se ha instalado en tu vida hasta tal punto que es constante si lo dominas. Ya eres uno con el placer, constantemente, porque lo encuentras en todo. Quizá no sea madurez, sino sabiduría. ¡Qué más da! Si es placentero, en definitiva.

Piénsalo bien.

1 comentario:

  1. Me ha gustado mucho este texto. Felicidades.
    Un protoviejo.

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