jueves, 11 de abril de 2013

LITERATURA TÁNTRICA

Tengo una idea buenísima, pero no la escribo todavía. Le doy mil vueltas en la cabeza, busco su formulación óptima, le añado y le resto elementos… podéis llamarlo “autocensura” si queréis… más bien es una intuición del momento idóneo para escribirla. Contención, sabiduría, egoísmo, desgana, desprecio… puede tener mil nombres, pero es un solo hecho. Es la versión más erótica de la literatura para un escritor, que va modulando el instante más perfecto para plasmar una idea, para no estropearla sólo por el placer en sí mismo. Escribir resulta así una experiencia que va más allá de la literatura y la realidad en y de la que surge. Trascendiendo la trascendencia. Después el lector sólo verá letras, claro, pero la trastienda es inmensa. Esperar el instante perfecto para vomitar o eyacular un escrito, requiere una sabiduría que jamás llegamos a tener pero siempre la buscamos, imperfectos, entre la utopía.


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