viernes, 1 de enero de 2010

El beso que besaba Salinas...

Hay quienes dicen que el agua no sabe a nada.

También hay quienes opinan que su sabor es tan sutil como la infancia, una fresca fuente manando en el centro del recuerdo, para saciar la sed primordial: la de libertad, que aparece antes que otras y nunca se agota. Como el beso, el agua llena la boca...

Hay quienes recuerdan el agua con los besos.

Hay quienes besan para atrapar el tiempo.


3 comentarios:

  1. Hazme llegar. Aunque solo sea. Tu beso de agua.

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  2. Gracias, Antonio, por tu desmesurado elogio. He intentado enviarte (creo que sin éxito) un ejemplar para tu estudio...

    Arponera:
    En el blanco. De tu arpón. Todos los que quieras.

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