domingo, 19 de septiembre de 2010

Nostalgias de las cosas que han pasado...

2 comentarios:

  1. Qué patética ignominia ésta, la de los que preferís rebozaros en el barro,
    mientras levitan ante vuestras inmundas narices, albas nubes del algodón más selecto.

    Siempre obcecados en introducir en un ínfimo agujero este pasado que no cabe,
    por hermoso, por inmenso. En reducir a un abyecto decimal, el infinito.

    Qué estúpida desazón la de este poeta Homero, desgarrado en la nostalgia de sensaciones que bautiza pretéritas, cuando más vivas que nunca siguen latiendo. Y que por ciego, no por muertas, ni las intuye.

    Yo os maldigo. Condeno a todos los poetas y a todos los tangos, por cicateros, por mezquinos. Me cago en todos vosotros. Necios.

    Mataros los unos a los otros, como yo os he matado.

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  2. No negaré lo cierto que amparan tus sabias palabras, incluso aunque vengan descafeinadas tras el parapeto del anonimato. Es cierto, por el tango hay que pasar y no quedarse; si me conocieras -¡ay!, si me conocieras- sabrías cómo rehago nuevas vidas desde estériles nostalgias.

    Es necesario también que los poetas sean unos malditos y condenados, tuya es la razón en este punto... jamás bufones del poder o algodones dulces para el populacho.

    Sin embargo, yo condeno tu impunidad -que es la del poderoso- en todas sus versiones: también la de quienes huyen del diálogo porque no le ponen rostro a sus palabras. ¿Acaso temes la disidencia, te aterra la tertulia?

    Moríos en vuestra inutilidad para la belleza del tango, así como hemos muerto mil veces los vencidos.

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