domingo, 5 de enero de 2014

CHUSMA

Una de las características de la chusma es que no tiene conciencia de serlo: al individuo chusmático le parece (parafraseando a Duchamp) que la chusma siempre son los otros. De hecho, por esto mismo todos somos chusma para alguien; hay una especie de reparto democrático de la chusmería, a todos nos alcanza en mayor o menor medida.

Ahora bien, parafraseando a Marx (Groucho), no hay placer más sublime que el de pasar por chusma a los ojos de la chusma misma. Lejos ya de toda dialéctica entre desiguales y de toda condición humana…
Por todo eso, siempre he sido chusma de alguna manera: pero chusma alegre, despreocupada. Sin conciencia de mis daños colaterales (los provocados por mí), hasta el punto de ser –en ocasiones- proselitista.

Las cosas han cambiado, por suerte. En algún aspecto (para algunos otros) me considero chusma, para contribuir un poco a la justicia social. Pero también considero que ahora estoy en condiciones (la distancia me lo permite) de distinguir la chusma esencial, la verdadera; alguna vez –inconsciente, despreocupado formé parte de ella. Nada puede resarcirme ya de semejante despropósito. Sin embargo, comento mi ejemplo en público por si alguien se viera reflejado. Y también para que penséis que quizá sin saberlo ni desearlo (como me ocurrió a mí en tiempos) estáis rodeados de chusma sin admitirlo. O sois la chusma misma, no sé.




2 comentarios:

  1. Esto me ha recordado lo de que 'ningún idiota se queja de serlo'.

    Además tengo comprobado personalmente que nunca, pero es que nunca jamás, se cansan de hacer el idiota.

    Caspañistán eh asín.

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  2. Les falta autoconciencia y autocrítica. Así sobreviven, los pobres vegetales. ;)

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