lunes, 10 de noviembre de 2014

Así es la vida...

Al llegar a determinada edad... a ella le sigue gustando gustar.

En cambio él ya ha renunciado -por desidia o lo que sea- y sólo quiere que le gusten. ¿Cómo decirlo? Ser gustado, quizá sea casi exacto; revolcándose en la impotencia tan bien conocida por ella. Él, resentido, piensa que es obra suya (de ella) y la desprecia (a ella).

Se va con sus amigotes, tan impotentes como él: no en lo sexual, pero sí en lo humano.

Quiere ser animal, casi una zorra que desprecia las frutas apetitosas, jugosas, mintiéndose que están verdes.



No hay comentarios:

Publicar un comentario