miércoles, 5 de noviembre de 2014

ICONOCLASTEANDO

Mi vecina adolescente no es una persona, sino un concepto con tetitas que se cruza conmigo por las escaleras y piensa que soy un señor, sin imaginar mi verdadera personalidad... la del mayor pervertido de toda la Humanidad (si no el peor, que no oso, al menos el más complejo).

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