lunes, 21 de octubre de 2013

Fría mente

Asisto a mi declive físico igual que lo hice con mi juventud incierta: sin un asomo de tragedia. Con curiosidad, con desparpajo, buscando los significados últimos de todo cuanto me sucede. Quizás intentando así desmenuzar la ‘realidad real’, tan disfrazada ante esta tan obstinada ‘realidad aparente’.
Contemplo, como un científico que ha inventado su propia ciencia, cómo todo va encajando hasta darme con disgusto la razón en este absurdo mundo en el que quien tiene razón, sucumbe.
Quedan las glosas de mi testimonio como hitos que son, en el camino. Quizás, igual que las constelaciones, sirvan para orientación de peregrinos. A mí me valen como pasatiempo incomparable (pues soy el protagonista) y propedéutica para quienes se quieran acercar a mí en el futuro.


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